Desgraciadamente, más de mil
millones de personas en el mundo viven en la pobreza. Una gran mayoría de estas
personas, habitan en zonas rurales, pueblos y aldeas repartidas por todo el mundo;
muchos son agricultores y ganaderos.
La futura cadena de suministros
de alimentos esta bajo presión debido, entre otros factores, a una población en
aumento, con nuevas dietas alimenticias y una disminución de los recursos en
tierra y agua. Para conseguir la importante tarea de alimentar al mundo, las
inversiones en la agricultura tienen que aumentar de forma sustancial y las
entradas de los agricultores y ganaderos tienen que estar aseguradas.
Por lo tanto, los agricultores
necesitamos fijar precios justos a nuestros productos y apoyo económico para
situarnos en el mercado. Esa es la verdadera solución a nuestros problemas, el
principal problema que tiene el sector, la falta de precios a nuestros
productos y la escasa transparencia de los costes de producción. De esta
manera, la estabilidad en los precios es también necesaria para facilitar las
inversiones en producción alimentaria.
Otro problema importante es el
desequilibrio de poder que existe entre los agricultores y la gran
distribución. Los agricultores se enfrentan a importantes limitaciones en la
cadena de alimentos debido a que unas pocas grandes empresas dominan tanto la
compra como la distribución de los productos alimentarios. Esto lleva a los
agricultores a tener menos oportunidades y a depender económicamente, lo que
genera distorsiones en el mercado.
Los agricultores no obtienen una
participación razonable del valor añadido generado por el sistema alimentario y
agrícola. Para la sostenibilidad del sistema agrícola, es fundamental que la
cadena alimentaria se organice de un modo más justo y equilibrado para los
agricultores.
Es fundamental mejorar la
posición de negociación de los agricultores en relación con otros agentes de la
cadena alimentaria, como también su posición en el mercado.