Blog de opinión

Artículos de opinión del secretario general de UPA Aragón

martes, 12 de marzo de 2013

LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN Y LA REDUCCIÓN DE PÉRDIDAS Y DESPERDICIO DE ALIMENTOS


En un mundo en el que numerosas personas pasan hambre y los recursos son limitados, desde UPA ARAGON consideramos fundamental incluir en un lugar destacado de la agenda de nuestros políticos la prevención y reducción de las pérdidas y del desperdicio de alimentos.

En un lamentable contexto de disminución de los recursos y en un momento en el que la crisis económica causa un fuerte aumento de las necesidades, UPA insiste muy especialmente en que los bancos de alimentos puedan beneficiarse de una máxima transferencia de productos aún comestibles desde el sector de la distribución y la restauración. Conviene que difundamos en particular las iniciativas existentes en algunos Estados miembros en materia fiscal, en términos de exoneración de responsabilidad para los donantes o incluso de adaptación de ciertas trabas administrativas para facilitar las donaciones, garantizando al mismo tiempo la seguridad de los alimentos.

La formación tiene un papel importante que desempeñar en materia de reducción de desperdicios. Sería deseable incluir este tema en el plan de estudios y en los cursos de formación continua de los futuros profesionales de la restauración colectiva y privada y por supuesto concienciar a nuestros hijos la importancia de reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos.

Para nosotros la comunicación directa con los consumidores es obviamente esencial y su relevancia será el resultado de un análisis exhaustivo de las causas del desperdicio. Además de una sensibilización general sobre las repercusiones del fenómeno, se tiene que hacer especial énfasis, entre otras cosas, en la manera correcta de interpretar las fechas de caducidad de los productos, de planificar las compras, de almacenar los alimentos y de valorizar los restos de alimentos.

En la fase de la producción primaria debemos de procurar que las herramientas interprofesionales por las que la PAC aboga sean eficaces y se desarrollen teniendo en cuenta la sostenibilidad. Desde nuestro punto de vista se tiene que insistir en las iniciativas para crear circuitos cortos que puedan desempeñar cierto papel en la reducción de las pérdidas y del desperdicio.

Desde la crisis alimentaria de 2008-2009, el asunto de la seguridad alimentaria constituye una de las principales preocupaciones en la mayoría de los círculos de responsables políticos y de las organizaciones internacionales. El aumento de los precios de los cereales y de otros cultivos en 2012 refuerza este interés.


Para poder abastecer de alimentos a toda la población mundial sigue siendo fundamental que la producción agrícola sea eficiente.

Pero la necesidad de aumentar la producción agrícola en un 60 % para alimentar a una población mundial que rondará los 9 000 millones en 2050, en un contexto de escasez de recursos y de cambios climáticos, deberá ir acompañada de una lucha eficaz contra las pérdidas y el desperdicio de alimentos.

Se considera que las pérdidas y el desperdicio, que afectan en distintos grados a todos los eslabones de la cadena alimentaria, ascienden globalmente a un tercio del volumen de alimentos destinado al consumo humano.

En 2011, a raíz de la crisis económica y financiera, el 24,2 % de la población de la UE, es decir, 119,6 millones de personas, vivían al límite de la exclusión social, mientras que el número de beneficiarios del Programa de distribución de alimentos a las personas más necesitadas de la Unión aumentó de 13 millones en 2008 a 18 millones en 2010. Los bancos de alimentos tienen, pues, necesidades cada vez más importantes.

Como conclusión desde UPA hacemos un llamamiento a la responsabilidad de nuestros políticos para que este tema forme parte de la reflexión estratégica «Europa 2020».