Es una realidad que la actividad agrícola
aragonesa se enfrenta a muchos retos en el futuro sin parangón alguno en la
historia para la supervivencia del propio
medio rural. La seguridad alimentaria, la competencia de países terceros, el
cambio climático, los altos costes de los insumos…pero sin duda alguna el
principal y mayor reto al que se enfrenta la agricultura europea, española y en
concreto la aragonesa hoy en día es la del relevo generacional.
La globalización, la liberalización de las
fronteras comerciales, el desigual reparto de los beneficios a lo largo de la
cadena, la especulación en los mercados agrarios, los altos costes de producción
y de las materias primas han contribuido a que se produzca una clara falta de
rentabilidad en las explotaciones europeas que está haciéndose plantear a
muchos jóvenes el abandono de sus tierras y el éxodo rural hacia otros sectores
que aporten un mayor beneficio.
En muchos casos son motivos sentimentales,
vocacionales o simplemente el hecho de contar con unas tierras heredadas lo que
lleva a los jóvenes de hoy día a emprender un proyecto empresarial agrario.
Las estadísticas son reveladoras de un
abandono continuado de la actividad agrícola, el envejecimiento de la población
agrícola y un proceso generalizado de éxodo rural. De hecho sólo el 6% de los
agricultores tienen menos de 35 años, mientras que alrededor del 34% de las
explotaciones están gestionadas por agricultores mayores de 65 años.
Las diferentes instituciones europeas han
señalado en varios dictámenes, informes y resoluciones el carácter estratégico
de la agricultura y de la alimentación. Por ello, ha llegado el momento de
avanzar en la definición de políticas o instrumentos concretos que hagan
visible la apuesta de Europa por sus jóvenes agricultores en particular, y por
su sector agrícola en general.
Es necesario no enfrentar a los jóvenes con
los mayores, pues el éxito de la agricultura requiere de un éxito compartido,
por lo que debe crearse un marco favorable para esquema de cese anticipado y
favorecer nuevas formas de gestión compartida de la explotación.
Los numerosos jóvenes agricultores aragoneses,
a pesar de su diferente origen y orientación productiva, coinciden
habitualmente en subrayar los principales problemas que afrontan los jóvenes:
el acceso a la tierra y el acceso al crédito. Cualquier estrategia que busque
el éxito debe abordar de antemano estas cuestiones. Para Xavier Bourgeois,
líder de los jóvenes agricultores belgas, es imprescindible un nuevo modelo que
propugne un pago básico para los jóvenes agricultores y un Fondo Europeo de
Garantía que facilite el acceso al crédito.
Actualmente la medida de ayuda para jovenes
agricultores se enmarca en la medida 112 "establecimiento de jóvenes
agricultores" en el marco de los programas de Desarrollo Rural.
El comisario Ciolos
ha prometido a los jóvenes un nuevo paquete de medidas en el marco del primer y
segundo pilar de la PAC. En estos momentos de redefinición de la PAC resulta imprescindible
priorizar a los jóvenes en las ayudas directas, y de momento se ha dado un paso
importante, aunque de momento insuficiente, mediante una ayuda específica a los
mismos. La propuesta de la Comisión en el primer pilar es para los agricultores menores de 40 años que
se instalan para un máximo de 5 años (los EEMM deberán reservar hasta un 2% de
su sobre destinado a pagos directos a esta medida) además de una ayuda a la
instalación en el marco del desarrollo rural y un complemento del 25%
del pago básico para 5 años y con un número máximo de hectáreas – hasta 89 ha
en función del tamaño medio de la explotación en el EE.MM.
No obstante aún
resulta necesario mejorar esta medida: sería positivo un techo máximo
(“top-up”) de al menos un 2%, e incluso del 3% de la dotación nacional. Este
porcentaje cubriría las tan esperadas solicitudes de instalación de jóvenes
agricultores en los años posteriores a la reforma. Debería permitirse a los
Estados miembros decidir la distribución del 2% de la dotación nacional
basándose en una definición de joven agricultor activo ligada al segundo pilar.
En cuanto a la cuestión de la simplificación, el
“top-up” para jóvenes agricultores no debiera implicar ninguna carga
administrativa adicional para éstos. Es legítimo tener medidas adicionales
dirigidas a este grupo específico, porque considerando el desequilibrio
demográfico, los beneficios de la acción superan las trabas administrativas. La
implementación de un esquema para jóvenes agricultores causaría una carga
administrativa adicional, pero los costos serían muy limitados, porque el
número de agricultores que participarían en este programa no sería muy alto.
Considero que
es favorable la relación de co-financiación de 80/20 para prioridades tales
como la ayuda a la primera instalación pero sería necesario que Consejo y Parlamento
Europeo aprueben dicha medida. Debido a los elevados requisitos nacionales las
solicitudes de ayuda a la primera instalación muchas veces no tienen éxito. Por
lo tanto sería muy positivo que hubiera un procedimiento de solicitud más
sencillo. Las medidas de los jóvenes
agricultores deben ser aplicadas desde el primer día de la reforma.
Año de referencia 2011
Hay una gran preocupación por que el año 2011 sea
considerado como el de referencia para aplicar los derechos de obtención para
el 2014. Considero que se debe pedir que
esta disposición no constituya una barrera que impida o dificulte la entrada a
futuros jóvenes agricultores y para aquellos que en el futuro soliciten por vez
primera la adquisición de derechos (“entitlements”). Además, deberían
establecerse los mecanismos necesarios para garantizar que los derechos de la
reserva nacional estén disponibles todos los años para aquellos jóvenes
agricultores que los soliciten.
En estos momentos de redefinición de la PAC
resulta imprescindible priorizar a los jóvenes en las ayudas directas, fomentar
proyectos de intercambio entre agricultores, incentivar la participación
efectiva de los jóvenes en cooperativas y en organizaciones agrarias, adecuar
la formación a las necesidades reales del mercado, eliminar la complejidad en
la PAC y potenciar las nuevas tecnologías para producir más y mejor.
La sociedad civil europea debe entender que
los jóvenes agricultores no sólo desean ayudas, sino que su principal interés
radica en la puesta en marcha de unas políticas amplias y coherentes que
permitan consolidar un medio rural vivo y atractivo donde los jóvenes que
decidan vivir de la agricultura puedan disponer de una renta digna y justa. De
ello nos beneficiaremos todos.
A pesar del pesimismo generalizado que inunda
en estos tiempos al sector agrícola europeo, se debe de luchar por aquello en
lo que se cree y los nuevos pasos dados por la Comisión envían un mensaje de
optimismo y esperanza para una nueva generación de agricultores que serán
capaces de afrontar el gran desafío de la seguridad alimentaria, suministrando
a los consumidores productos de calidad, sanos y respetuosos del medio
ambiente.
José Manuel Roche
Secretario General de
UPA-Aragón